¿Por qué algunos niños con autismo tienden a escaparse?
Este comportamiento tiene nombre: escapismo o deambulación (en inglés, elopement). Según un estudio de Autismo Diario, casi un 30 % de los niños con autismo entre 7 y 10 años han protagonizado algún episodio de fuga. No es una “maldad” ni un “desafío”: forma parte de la manera en que procesan el entorno y las emociones.
Tal como explica El Periódico de la Psicología, las causas más frecuentes son:
- Buscar estimulación o explorar algo que les interesa intensamente.
- Huir de un entorno que les provoca ansiedad, ruido o sobrecarga sensorial.
- Reaccionar ante un cambio de rutina o frustración.
- No comprender aún los riesgos o las normas sociales de seguridad.
En palabras del Child Mind Institute, “los niños con autismo pueden tener dificultades para entender el peligro y su impulso de explorar puede superar su capacidad de autocontrol”.
Los riesgos del escapismo en niños con TEA
Las fugas pueden ocurrir en segundos y con consecuencias graves. El tráfico, los cuerpos de agua o la desorientación son riesgos reales. Además, la angustia para las familias es enorme: la vigilancia constante, el miedo a salir solos o a confiar en otros cuidadores.
Por eso, muchos especialistas recomiendan combinar trabajo conductual con medidas de seguridad temporales, como pulseras identificativas, localizadores GPS o correas antipérdida adaptadas para niños con autismo.
Cómo abordar el escapismo desde casa y la terapia
- Trabajo psicológico y conductual: identificar los detonantes (ruido, ansiedad, transición) y practicar estrategias de autocontrol y espera.
- Comunicación visual: usar pictogramas o historias sociales que expliquen cuándo se puede correr y cuándo no.
- Anticipación y rutina: avisar antes de los cambios (“ahora salimos del metro”, “ahora caminamos juntos”).
- Entornos seguros para moverse libremente: parques cerrados, zonas de montaña o lugares amplios sin tráfico.
- Herramientas de seguridad: como la correa antipérdida, usada de forma respetuosa y temporal.
Una ayuda práctica: la correa antipérdida RZMZBY
El modelo que estamos usando es la RZMZBY correa antipérdida, disponible en Amazon. Es cómoda, ajustable y está diseñada para mantener la conexión física entre adulto y niño sin generar incomodidad. El cable extensible (hasta 2 metros) permite moverse con cierta libertad, pero ofrece control en momentos de riesgo como salidas de terapia, cruces de calles o estaciones de metro.
La muñequera acolchada se adapta bien incluso en niños sensibles al tacto, y el cierre con llave evita que el niño pueda soltarse accidentalmente. No es una solución definitiva, pero sí una ayuda temporal valiosa mientras se trabaja la conducta desde la terapia.
Una herramienta de transición, no una solución mágica
Como padres, hemos entendido que esta correa no sustituye el trabajo emocional y conductual. Es solo una herramienta más, un pequeño salvavidas para ganar tiempo y seguridad. Nuestro objetivo sigue siendo que él comprenda los riesgos, aprenda a autorregularse y pueda moverse con autonomía.
Cada familia encontrará su equilibrio. Algunos días bastará con una mano firme; otros, será necesaria una ayuda extra. Lo importante es no sentirse culpables, sino acompañados.
Recursos y apoyo para familias
- Confederación Autismo España: recursos y guías para familias.
- Autismo Diario: artículos y estudios sobre escapismo y seguridad.
- Child Mind Institute: comprensión del deambular en el autismo.
La prevención, el acompañamiento y la comprensión son las claves. Y mientras tanto, herramientas como la correa antipérdida pueden marcar la diferencia entre un susto y una jornada tranquila.